Una caja sensorial, es una forma de ofrecer a los más peques un juego manipulatívo y descubrimiento de objetos. Al estar seleccionados por nosotros, sabemos que son seguros, aunque siempre habrá que estar con ellos durante el juego y no dejarles solos.
Un ejemplo de caja sensorial, puede ser la Caja Sensorial Playera. Los materiales son muy sencillitos y el niño/a disfrutará con el tacto relajante de la arena, comprobará su consistencia, su suavidad, y los demás objetos que le introduzcamos.
En un segundo momento, podemos añadirle agua, para que observe como sus características cambian y algunos moldes para rellenar, pero eso, es otra historia.
Materiales para la Caja Sensorial Playera:
-Caja plástica
-Arena fina seca
-Conchas de mar (revisar que no corten)
-Paraguitas de papel (los que ponen algunas veces en los helados)
-Un rastrillo pequeño
-...
Los materiales pueden ser infinitos, lo mejor es usar aquellos que tengamos en casa y para ello seguir añadiendo a la lista, por ejemplo, unas rocas, fideos teñidos con colorante vegetal azul para hacer el agua, animales de juguete pequeños que tengamos como unos peces o una estrella de mar,
Podemos ocultar cosas entre la arena, como una concha de mar grande, que les sorprenderá encontrar, o más conchitas pequeñas, lo importante es conseguir su interés.
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